Así como cuando Santos te da una lección…

Me ocurre, quizás con más frecuencia de la deseada, que me aburro fácilmente cuando no tengo resultados pronto, especialmente en el área laboral.

Digamos que esperar no es una de mis cualidades y a menudo, cuando me encuentro en situaciones en las que las cosas no avanzan, me canso y me voy.

He dejado trabajos, casi de la noche a la mañana, por esa misma causa: «aquí nada sale ya… y si sale, sale mal».

«¿Esto ayuda a alguien, aparte del dueño del aviso? La verdad es que no. Apague y vámonos».

En el trabajo actual estoy contenta, pero digamos que ayer recibí un pequeño recordatorio, para que no se me olvide que lo que hago, por pequeño que sea, puede hacer la diferencia.

El presidente de la República comenzó a hablar. No soy su fan, no me conoce, no lo conozco, no comparto muchas de sus estrategias, pero ayer me dio una lección en la distancia.

Apenas unas horas antes, me habían pedido que revisara unos fragmentos de un documento relacionado con la frontera agrícola, no todo y, por supuesto, no fui la única. Horas después, él lo presentaría como uno de los logros de su gobierno.

Yo no sé si eso sirva en el futuro. No lo sé, porque mi conocimiento frente al tema es limitado. Sin embargo, al mirar la transmisión de su presentación, apareció en la pantalla una foto tomada por uno de mis compañeros. ¡Qué orgullo!

Entonces entendí que lo que uno hace, ya sea barrer la puerta de su casa o dirigir un país, tiene implicaciones, tiene impacto.

Comprendí que, quizás por primera vez, había hecho algo concreto, chiquitito y anónimo, por mi país. ¡Qué alegría y qué bendición!

Estamos, casi siempre y aunque tal vez dudemos, en el lugar correcto.

5 thoughts on “”

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *